sábado, 22 de enero de 2011

Vida y muerte

Como todo aquel que teme el fin, imaginamos imposibles los dias de ausencia, miradas esquivas y cenizas en el suelo. Pero finalmente fue a ti a quien alcanzo la metralla, poco a poco y de repente. Me acaricio un viento lejano, del sur, que arrastraba tus caricias hasta el mar, donde se perdian. Trate de detenerlas, y sople en su contra, pero nuestro barco ya estaba hundido. No hubo vuelos valientes, no pude obrar el milagro, y en la distancia me perdi en los dias azules, con la esperanza muerta.
Fuiste aire puro en mis pulmones sucios, destrozados por el humo cotidiano de un cigarro. En Abril sobrevole el universo, y en Julio escuche la campanada que obligaba la vuelta, y regrese en paz, dibujando una mueca concava en mi cara encharcada. Recibi abrazos y condolencias que no recuperaron ni un atisbo de aquel tiempo, pero me recordaron que no estaba solo. Ahora se que ya no habra musicales, ni tardes bohemias acompañadas de un te moro, ni publico en primera fila, ni noches atado a tu cuerpo y una manta; pero no se apagaron las luces, y avanzo sobre la "Vida y muerte" de Giacchino, esperando poder anticiparme a ese triste acorde que termina.

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