Se esfuma la inocencia al amanecer de noche, cuando madre se sienta en la mecedora a hacer números en libretas de papel cuadriculado, y los niños revelan secretos, y se deja de regar las plantas. Se pierde la brisa a favor cuando tomas caminos torcidos, cubiertos por una maleza que promete no delatarte en el supuesto de fracasar. Se percibe el miedo al descubrirte en búsqueda y captura, y los pecados te atormentan, te retuercen y desvelan en noches de invierno. Se alcanza la pena cuando crees haberla vivido y descubres que no fue, sino que es ahora, y así hasta nadie sabe cuando. El amor te sorprende en la esquina que descubre el bar que prometiste no habitar ni un instante, y tras la barra unos ojos de gata sonríen tu presencia. La ilusión... la ilusión te acompaña en cada estrofa repleta de versos cargados de tu vida enjaulada.
martes, 15 de mayo de 2012
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