jueves, 15 de noviembre de 2012

Inconformistas

Sueño que mi memoria alcanza la perfección de mis sueños. Sueño que mis sueños son sencillos y puedo verme en ellos hace ya demasiado tiempo.
A mi lado tú, me cuentas lo genial que sería que todo fuera diferente, si hiciésemos que cada segundo de cada minuto fuera digno de recordar. Los dos nos preguntamos si las personas que caminan se lo plantean, o si tan solo somos inconformistas, y no nos basta con dar gracias por amanecer, respirar y vivir.
Mujer y niña, con la inquietud del viento, y la calma y la paz de los días. Te descubro con media sonrisa, melancólica, mirando a través de la ventana del coche, hacia el cielo, esperando el vuelo en bandada de mil pájaros, como una señal que no necesita explicación.
Me gusta como tratas mis silencios, tu cara de comprensión, tu "ay Michi..." con voz entrecortada., tus toques de atención, tu manera de hacerme sentir que estas conmigo en días que pesan algo más.
Mi maestra a la guitarra, con aquella canción infantil que resultaba imposible y ridícula a la vez. Directora en la orquesta de voces que ocupaban las cintas que enviábamos a la calle Añastro, para que otros nos sintieran bien cerca.
Desde tu melena platina a tu flequillo entrecortado, desde aquella casa en el Orzán, donde cada ruído de la calle sonaba a nuestro lado, hasta las tardes de canciones duras en el sofá de mi cuarto.

(sin terminar)

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