Llueve y cualquier techo abriga. Anochece todavía lejos de casa, urgencia de paraguas y manta. Tarareo una melodía borrosa. Portales cerrados, hoy es dia de fiesta. Un mendigo tirita en una bañera bajo la lluvia y le ofrezco limosna. Supongo que hay cosas que no cambian.
Fuera suena a tormenta, y disfruto la mezcla del acorde con los truenos. Hay mas gente de lo esperado, la lluvia les cogió por sorpresa. Un niño cuelga ahorcado encima de la barra. Estoy confiado, la luz aún está encendida, pronto se apagará y me iluminarán miles de pequeñas linternas. Antonio Vega canta "A trabajos forzados".
Me he perdido. Este barrio me asusta, así que camino deprisa y por la carretera. Le pregunto a un anciano donde estoy y me contesta que no lo sabe. Una mujer pasea un elefante mientras habla por el móvil. El aire sabe a ceniza, sigo caminando.
Un camarero desnudo anuncia la próxima actuación, se apaga la luz y se encienden las linternas. Silencio.
Abro la puerta y recuerdo. Basileo.
martes, 19 de octubre de 2010
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