sábado, 8 de diciembre de 2012

Efecto mariposa

¿Cuanto puede cambiar nuestra vida una decisión inconsciente? No me refiero a grandes planteamientos, sino al día a día, a pequeños instantes, disfrazados de insignificantes. ¿Alguna vez te lo has planteado? Quiero decir... ¿existe la casualidad? ¿el principio de incertidumbre? ¿o existe un lugar en el que alguien se encarga de unir caminos?.
14 de Noviembre del 2009, sábado. Día frío, llueve. Un día poco propicio para salir de fiesta. De hecho, de toda la cuadrilla, tan solo un amigo parecía dispuesto a hacerlo, probablemente alentado por la esperanza de encontrarse con alguna mujer en concreto en cualquier local de La Coruña, aunque él siempre oculta estos detalles. El caso es que mi amigo me insistió tanto que, a pesar de la desgana, accedí bajo la autoconvicción de "las noches que peor huelen son las que mejor saben". Me sorprendió la llamada de un antiguo compañero del colegio, poco o nada apreciado, para invitarme a pasarme por un garito en el que por aquel entonces trabajaba, para reencontrarnos y tomarnos algo a precio regalado. Asentí como si hablase con un loco y colgué, yo a lo mío. Se hizo de noche, y ahí estábamos, mi amigo, yo, y una botella de ron que a medida que pasaba la noche se hacía mas de cristal y menos de ron. Hasta que llego la hora de retirarse de allí y dirigirse a los pubs. Sin pena ni gloria, y encharcados por la lluvia, llegamos a la calle principal. Vi en un cartél el nombre del local al que me habían invitado por la tarde. Se lo comenté a mi amigo, y, ante el panorama de la noche, nos adentramos. Y allí estaba ella, impecable, sirviendo copas tras la barra. Pero no solo eso, sino que también estaba allí la hermana de mi mejor amigo, y nada más verme y saludarme, lo primero que hizo fue presentármela. ¿Casualidad? ¿Coincidencia? ¿Destino? No dejo de plantearme el más que probable supuesto de haber decidido no salir aquella noche desagradable, o, sin ir tan lejos, no ir a aquel garito, cosa probable sabiendo que dentro había una persona que se inclinaba más hacia el lado negativo que hacia el positivo en la balanza de amiguismo. Más incluso, que la hermana de mi mejor amigo no estuviese allí, justo delante nada mas entrar. Podía estar al fondo del local, en el baño, con sus amigas, o en otro de los cientos garitos de la zona. Pero no, estaba allí, perfectamente puesta, como esperando mi llegada. Si solo una de las miles de decisiones que crearon ese instante aparentemente normal hubiesen tomado otro rumbo, simplemente ya no habría sucedido. Ni ese instante ni millones de momentos que vendrían después condicionados por aquello.
La teoría del caos dice que el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo. Pero, ¿es así? ¿o de no haberse producido aquel momento en aquel instante se habría producido otro semejante con las mismas consecuencias más tarde o más temprano?. Probablemente nunca lo sabré con total certeza; el caso es que, sin darme cuenta, cada vez que actúo de cualquier manera estoy cambiando el mundo.



 

1 comentario:

  1. Como escribiste a Edu antes de que naciese... "a pesar de todo, vale la pena" Te quiero

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